domingo, 5 de enero de 2020

La democracia tiene que ser administrada Parte I

  • Por: Julio Martínez
  • La historia nos obliga hacer un alto para tomarnos un momento de reflexión sobre hechos comparable. Nuestro país ha vivido algunos hechos muy particulares en nuestra historia política, algunos rayan de triste a muy triste recordación, y otros de grata recordación. Todos ellos trataremos de analizarlo con mente abierta y preclara, para tratar de llegar al entendimiento del porque es necesario que la democracia sea administrada. Quizás muchos tendrán la opinión de que los tiempos cambiar y que los cambios tenemos que asimilarlo, pero la lógica y la realidad nos dice que los cambios tienen que ser para mejor y no para retrotraernos, entre otras cosas tienen que ser positivos. Si nos preguntaran a los que tenemos más de 45 anos, que tiempos fueron mejores, diremos que nuestros tiempos fueron mejores, la base para este sentimiento son los valores con los cuales nuestra sociedad se conducía. La familia era la institución base de la sociedad, el ingrediente de la moral, era el elemento de sustentación de la familia, el respeto a las instituciones y a las reglas de la sociedad o de aquellos que se convertían en leyes, era el combustible que movía nuestro accionar. Las costumbres eran nuestras mejores enseñanzas. Todo esto sustentaba nuestra sociedad en pilares con tal fortaleza que hacia nuestro devenir como si estuviéramos viviendo en un paraíso. Por el contrario si usted les preguntase a los jóvenes de esta generación, sobre cuales tiempos han sido los mejores, creo que ellos concluirán que los mejores tiempos son los actuales, lo que hoy vivimos y a paso seguido creo que agregarían, por que ahora nosotros podemos hacer todo lo que queramos. Y esta es la gran diferencia entre los dos tiempo, una generación que tenia que limitarse hacer lo que era correcto y una generación que hace todo lo que quiere. Sin lugar a duda la perdida de esta cualidad en nuestra sociedad es la que nos ha llevado a este caos que hoy sufrimos. Nuestros padres nos criaban para presentarnos a la opinión de la sociedad, lo que nos hacia sensible y sobre todo pensar en el prójimo, que dicho se de paso es unos de los principios cristianos, comparando este principio con el de hoy podremos darnos cuenta de nuestra realidad, un joven de hoy te diría “a mi no me importa lo que la gente piense” lo que lo hace insensible y sobre todo pensar que el prójimo es un objeto reciclable y que su presencia o ausencia es irrelevante. Por eso hoy es tan facil eliminar físicamente a cualquier ciudadanos sin ningún remordimiento, al contrario lo que existía y sobre todo como se percibía el hacer daño a un ser humano en nuestro tiempo. Otro factor es la perdida de lo moral. En nuestro tiempo, el círculo donde nos desenvolvíamos y con quienes nos relacionábamos era de suma importancia, porque de este factor dependía el éxito o el fracaso del individuo. Hoy en día esto valores no se toman en consideración en ningunos de los niveles de nuestra sociedad. Yo recuerdo muy bien el refrán de “dime con quien andas y te diré quien eres” se aplicaba en todos los niveles y de manera muy tajante; y especialmente en los cuerpos castrenses. Estos que existe hoy día comparado con lo que existía, es también partes primordial del problema que afronta nuestra sociedad. Sin ir más lejos señalaremos ejemplos de nuestro tiempo. Recuerdo que los militares no tenían relaciones con nadie que fuera parte del rumor publico, ya sea en política, drogas, o actos reñidos con la ley hasta varias generaciones familiares de individuos señalados con tales características, hoy día es un lujo para los militares y funcionarios estar rodeados de elementos con estas características, y sobre todo haciéndose participe o cómplices para recibir los beneficios de estos acercamiento aparentemente sin que esto les importe a nadie; y esto va desde el mas humilde hasta el mas encumbrado. Esta conducta se justifica y se relaciona constantemente con los bajos salarios, pero la realidad es, que si es verdad que los bajos salarios juegan un papel importante, no meno cierto es que este factor también existía anteriormente, pero la única diferencia era el factor moral, el deber del cumplimiento y sobre todo la poca tolerancia a esta forma de comportamiento. Esta poca tolerancia es parte de lo que nosotros llamamos administrar la democracia. Como bien decíamos a principio la familia era la institución mas fuerte en este diagrama, su fortaleza era tal, que producía hijos que aportaban a la sociedad, a diferencia de hoy día, la única contribución es dañar los que nuestros antecesores nos legaron. La profesión de padre no se aprende en las escuelas, sino del instinto, de la correcta o incorrecta educación en el hogar, de lo que vemos y sentimos en el. Pero parece que la nueva generación de padres, emprendió una venganza contra esas enseñanzas y decidieron juntos a los psicólogos moldear a nuestros hijos en una forma de padres en Miniatura y controladores, que nos controlan e irrespetan sin que podamos hacer nada para evitarlo, que podamos educarlo para servir a la humanidad. Hoy los nuevos padres les conceden demasiados derechos a los hijos y pocos deberes, creando monstruos incapaces de controlar, haciéndolos tan fuertes que son ellos los que controlan a los padres, llevando a los padres a ser temerosos de sus comportamientos, conllevando esta situación a que ellos hagan “lo que ellos quieran” y como antes citáramos, este postulado es el que nos tiene en este lodazar. A los hijos hay que entenderlos, hay que comprenderlos, hay que entretenerlos, hay que tolerarlos, hay que apoyarlos, etc., nada de estos ejemplos eran parte de vocablo de nuestros padres y nosotros salimos mejores y productivos a la patria. Pero hoy con todos esos ingredientes solo tenemos delincuentes y criminales cuya única contribución es dañar la sociedad de hoy y del futuro. Hoy mucho se habla de los derechos humanos, pero este derecho humano solo corresponde al agresor y no a las victimas. Hoy estamos obligado a proteger y a entender los derecho de los agresores y sobre todo financiarlo como los recursos de las victimas porque los agresores no pagan impuestos, y en muchos de los casos, se le provee asistencia a los victimarios porque según ellos no tienen recurso y la ley faculta proveerlo con ayuda legal para burlar la justicia, pero no a la victima en la misma condición, la cual con mucha suerte es representada por el fiscal que en la mayoría de los casos no de manera ejemplar, y como en ocasiones no posee recurso para constituirse en parte civil se presenta en desventaja en una sociedad que debería proteger su integridad física en primer lugar y en segundo lugar su derecho a ser bien representado con las responsable contribuciones que hace al fisco y a la sociedad. Esta es otra forma de administrar la democracia.
Continua.....

La democracia tiene que ser administrada Parte II

  • Por: Julio Martínez
Numbered List
  • Hoy día mucho se habla de la reforma al código procesal Penal y al código de menores, ambos códigos confeccionado para satisfacer agencias internacionales y países que no cumplen estas regulaciones y que son violadores a todas luces, pero que tratan de imponer y obligar a otros a cumplir en situaciones de extrema tolerancia, pero no de respeto al orden y reglas establecidas por la sociedad para vivir en paz y en pleno disfrute de sus derecho y en cumplimiento de sus deberes. El momento que vivimos como familia es en base a la conveniencia, todo va si esto nos beneficia de manera particular, la colectividad dejo de existir hace ya mucho tiempo, eso que una vez llamamos sociedad. En mi infancia nada que no fuera provisto por mis padres podía estar en mi posición o disfrute al meno que mis padre supieran de su procedencia, si yo me encontraba algo, por citar un ejemplo, mi padre me agarraba por una mano y me llevaba al sitio donde yo dije que lo encontré, y mi historia tenia que ser sin ambigüedades, porque sino lo que venia atrás no era fácil, y en el caso hipotético de que mi historia fuese verdad, correspondía salir a preguntar si el objeto en cuestión fue olvidado de manera involuntaria; y si así fuese, este tendría que ser devuelto a su dueño. Hoy en día esto no se observa, cuando un niño viene a casa con objetos nuevos o usados y que no ha sido provisto por sus progenitores, lo que pasa en esos hogares es que en vez de cuestionarlo y saber la procedencia de estos objetos, los padres de hoy lo celebran como una destreza y lo observan como una oportunidad de algo que tenían que proveer y que ahora no tienen que comprar. Esta actitud o comportamiento ha estado envenenando nuestra sociedad y nuestros hijos, enviando una señal equivocada del bien común. Pues cuando esta conducta desarrollada por la dejadez de los encargado de educar a los jóvenes, casi siempre el daño ocasionado a la humanidad es irreparable. El control de la conducta de nuestros adolescentes siempre ha sido la parte importante de una buena educación, cosa que hoy no existe. Hoy debemos entender que nuestros hijos estén en la calle sin control y sin saber que hacen, ni con quien andan, porque se nos intimida con el slogan de “anticuados” y nosotros seguimos con este canto de sirena para que nuestros hijos nos acepten y la “sociedad de hoy nos etiquete como padres modernos” en nuestros tiempos, nosotros teníamos que entender a nuestros padres, y aceptar su forma como una situación de buena educación y un legado a la sociedad, y sin lugar a dudas creo que una gran mayoría salimos mejores que lo presente. El castigo y las retrinciones siempre han sido una forma de aprendizaje y buena conducta. O sea administrar la democracia. El doble Standard de nuestras sociedades es ilógico, por ejemplo, cuando usted como adulto comete un error, aprendido como producto de su desarrollo en su adolescencia y que la sociedad de hoy no nos permitió corregir, se les castiga sin clemencia, siendo esta sociedad responsable de su comportamiento de manera inicial. Lo que los expertos en la materia señalan como “prevención” para evitar cometer estas salvajadas que a veces se cometen, es lo mismo que nuestros padres anteriormente hacia, aunque fuese de una manera empírica o de sentido común como responsable de nuestra educación y posterior comportamiento. Esta prevención existía en los hogares con la forma de educación y control de nuestros padres y en las escuelas, en la enseñanza de la materia de moral y cívica y que dos o tres eruditos entendieron que ese buen ingrediente era una imposición de la dictatura Trujillista y que como el diablo a la cruz debíamos terminar todos lo que venia de ese régimen sin pararnos a determinar si estos métodos existían antes y cuales cosas de ese régimen eran buenas mantener; independientemente de quien lo puso en ejercicio. Si quieres podemos tomar como ejemplo la dictatura Pinochetista, sus sucesores no hicieron como “el marido que encontró a la esposa siéndole infiel y quemo la cama” tomaron las cosas que funcionaban y por eso hoy van encaminado a un desarrollo verdadero. Las sociedades están basadas en reglas claras y especificas, en normas que regulan el comportamiento de los individuos, siendo esto una forma vehemente de administrar la democracia. Las doctrinas siempre han sido un lenguaje que crea discordia, pero hay una que es tolerada y admitida por todos, y es la enseñanza del cumplimiento de las leyes. Cosa esta que no es enseñada en la Republica Dominicana, creo que les haríamos un favor a las futuras generaciones, si se empezáramos a enseñar el respeto al cumplimiento y respeto a la Ley, podríamos muy bien empezar con los niños del primer curso en adelante, reforzando esta acción con la aplicación de la misma sin importar quienes las violen. Nadie puede estar por encima de la ley, nadie puede hacer lo que quiera, los jóvenes tienen una responsabilidad que no puede ser ignorada, ni tolerada con la excusa de la edad, pues los criminales se aprovechan de este entendimiento, para usar a nuestros jóvenes para delinquir, y en su mayoría haciéndolos delinquir en su beneficio. Administremos nuestra democracia, asgámosla funcional.

lunes, 9 de noviembre de 2015


PRD proclama al síndico de Ocoa candidato a esa posición; MVM pronostica tendrá “triunfo contundente”

EL NUEVO DIARIO, SAN JOSE DE OCOA.- Milcíades Aneudy Ortiz Sajiun, alcalde de este municipio, será nuevamente el candidato a esa posición del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en las elecciones de mayo  del 2016.
Ortiz Sajiun fue proclamado candidato en un acto celebrado en el parque central de este poblado, donde el líder perredeísta, Miguel Vargas Valdez Maldonado, vaticinó un “triunfo contundente” de la coalición PLD-PRD.
El presidente del PRD juramentó a Ortiz Sajiun después de calificar como un hecho histórico que la dirigencia de su partido y la del PRD salvaran sus diferencias políticas para concertar un pacto que “contribuirá a la paz y al desarrollo de la comunidad nacional”.
En el acto hablaron también los presidentes de los comités municipales del PLD y PRD, Alexis Mateo y Ramón Morbán, respectivamente, y estuvo presente el senador de la provincia, Carlos Castillo, del partido morado. 
Ortiz Sajiun  defendió su gestión al frente del cabildo y dijo que trabajará “de manos con el Presidente Danilo Medina para impulsar una serie de proyectos a favor de la comunidad”.
El acto en el parque central, que lució ser el escenario de un gran mitin de campaña electoral, contó con la presencia de los dirigentes perredeístas Rafael Vásquez, Julio Mariñez, Víctor Gómez Casanova y José Miguel Soto Jiménez.
Hasta ahora el PRD ha anunciado sus candidatos a alcaldes municipales en Santiago, La Vega, Boca Chica, Guerra y Baní, así como sus candidatos a directores de los distritos municipales de Matanzas, Villa Fundación, Sombrero, Paya, Las Barías, Carretón, Catalina y Santana

JCE advierte a MIP hijos dominicanos no pueden ser naturalizados

SANTO DOMINGO.- La Junta Central Electoral (JCE) aclaró a Interior y Policía que los hijos de nacionales nacidos en el exterior son dominicanos, por lo que no pueden ser sometidos a un proceso de naturalización, como “erróneamente” ha realizado ese ministerio.
Roberto Rosario, presidente de la JCE, advirtió en una carta al ministro José Ramón Fadul, que a los hijos de dominicanos “les corresponde la nacionalidad, no obstante haber adquirido por el lugar de nacimiento otra distinta a la de sus padres”.
Rosario remitió a Fadul una resolución del pasado 27 de abril que emitió el Pleno de la Junta que establece el procedimiento para la transcripción de las actas instrumentadas en el extranjero.
“Estos dominicanos no pueden estar sometidos a un proceso de naturalización, ni registrados como tales, lo cual erróneamente se ha venido ejecutando por parte de ese Ministerio”, enfatizó.
Explicó que “nuestro planteamiento recoge demandas de la diáspora dominicana, en el interés de hacer más fácil y asequibles las acreditaciones de sus hijos”.
“Acoger así una de las demandas más sentidas de nuestra diáspora, es que hemos tomado la decisión citada anteriormente, por lo que es nuestro interés, como órgano del Estado, contar con su ya acostumbrada colaboración al respecto”, concluye la misiva fechada el pasado 9 de octubre.
jt/am

lunes, 17 de agosto de 2015

 
EL AUTOR es periodista, director de ALMOMENTO.NET
PUBLICADO EN EL ALMOMENTO.NET

OPINION – Reorganizar el Estado haitiano: la única solución

Exponer públicamente las causas que han llevado a Haití a un colapso,  es llover sobre mojado.  Quien mejor lo ha hecho es el ex presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, en un artículo que escribió para el periódico El País, de España, en el que señaló:  La triste realidad es que Haití ha vivido de desastre en desastre y no ha sido solamente el terremoto lo que lo ha devastado. Siguen siéndolo la incuria administrativa, la inestabilidad política y la corrupción”. 
También es reiterativo decir que República Dominicana es víctima de presión internacional para que cargue por sí sola las consecuencias de los males que, a lo largo de su historia, han afectado a su vecino. Esto lo ha expuesto el Gobierno Dominicano en múltiples escenarios internacionales y, lamentablemente, le han hecho poco caso.
Sería también redundante analizar los pro y contra del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros que ejecuta la República Dominicana dirigido a controlar la inmigración ilegal.  Entiendo que por más que nos esforcemos en explicar los pormenores de este programa y en resaltar el derecho de los dominicanos a establecer sus propias leyes migratorias, nunca obtendremos un apoyo unánime de la comunidad internacional, la cual siempre se mantendrá recelosa.
No soy pesimista, pero considero que si bien es cierto que el Plan de Regularización es un buen instrumento que debe ser respaldado por todos los buenos dominicanos, NO ES NI SERÁ LA SOLUCIÓN AL CRECIENTE PROBLEMA DE LA INMIGRACIÓN ILEGAL.   Es más bien un “calmante”, o lo que es lo mismo, una aspirina para un paciente que está aquejado de una  enfermedad crónica.   Es posible que se “regularicen”  doscientos mil, trescientos mil o más, pero aún así otros volverán,  y en seis meses o menos  tendremos el mismo problema de  haitianos deambulando por nuestros campos y ciudades.  Esto así, porque los males económicos y sociales de Haití seguirán agravándose, y sus moradores no tendrán otra salida que emigrar hacia la República Dominicana a través de una “inexistente” frontera, o dirigirse en yola hacia islas del Caribe o a algún país americano.
Un GRAN PROBLEMA QUE NO HA SIDO TOMADO EN CUENTA por el Gobierno Dominicano ni por organismos internacionales es que en Haití la mayoría de la población NO TIENE acta de nacimiento y mucho menos cédula.  Aunque Usted no lo crea, millares de haitianos, aunque están vivos, en la práctica no lo están debido a que no poseen documentos de identidad (no son “de aquí ni son de allá”).  (Se me ocurre pensar que los verdaderos apátridas no están en la República Dominicana sino en el propio Haití) y esto constituye una gran violación a los derechos humanos.
Una pregunta obligada es:  ¿cómo puede exigírsele al Gobierno de Michel Martelli que entregue documentos a haitianos que viven ilegalmente en la República Dominicana, cuando en Haití los propios moradores carecen de ellos?.    En estas circunstancias no hay que ser un sabio para concluir en que el PLAN DE REGULARIZACIÓN, SERÁ UN ROTUNDO FRACASO EN LO QUE RESPECTA A LOS HAITIANOS.
Entiendo que como la República Dominicana es la más afectada por el problema haitiano, debería cambiar su estrategia internacional:  en vez de canalizar tantos recursos para convencer a organismos y gobiernos sobre las “bondades” de su Plan de Regularización, debería concentrar su artillería en la meta de lograr que las grandes potencias, entidades y personas que ahora emiten pronunciamientos a favor de Haití, se incorporen a la titánica tarea de ayudar a que este país, por primera vez en su historia, tenga instituciones fuertes. 
El primer paso en este sentido necesariamente debería ser OBLIGAR A QUE LOS HAITIANOS TENGAN UN REGISTRO CIVIL en el que estén inscritos los  nacimientos, la filiación, el nombre y apellido, el nombre y apellido de las personas, los fallecimientos reales o presuntos, los matrimonios, las guardas, la patria potestad, las emancipaciones, las nacionalizaciones y los profesionales en distintas áreas.   Sin este registro nunca los haitianos podrán progresar,  pues ahora no pueden realizar ningún tipo de operación y mucho menos elegir debidamente a sus autoridades o ser beneficiarios de ningún programa social
Posteriormente hay que embarcarse en la tarea de REORGANIZAR EL ESTADO en toda su extensión, partiendo desde cero. Es imprescindible que Haití cuente con  instituciones sólidas, pues las que existen son desorganizadas y endebles.
Mientras no haya Estado y sus instituciones estén débiles, nunca este país podrá superar los cuadros de pobreza que presenta . Y, en consecuencia, nunca podrá ser detenida la emigración ilegal hacia la República Dominicana, Bahamas, Estados Unidos, Brasil y otros países.

Ex presidente Sanguinetti hace cálida defensa de la R.Dominicana; ve Haití ha vivido “de desastre en desastre”

SANTO DOMINGO.- El ex presidente de Uruguay,  Julio María Sanguinetti, hizo una encendida defensa de la República Dominicana señalando, entre otras cosas, que este país caribeño no puede resolver por sí solo el problema de Haití, ya que no tiene “el PIB de Suecia”.
Sanguinetti, quien gobernó Uruguay en dos oportunidades (1985-1990 y 1994-2000), escribió en el periódico El País, de España, un artículo en el que  indica que a nivel internacional no puede admitirse que “Haití, escudado en su pobreza, se arrogue el derecho de lanzar a miles de sus ciudadanos por encima de sus fronteras y luego exigirle a su vecino que se haga cargo”.
“La triste realidad es que Haití ha vivido de desastre en desastre y no ha sido solamente el terremoto lo que lo ha devastado. Siguen siéndolo la incuria administrativa, la inestabilidad política y la corrupción”, expresa.
Agrega que los hechos, además, desmienten que en la República Dominicana haya 200.000 personas en situación de apátridas, en riesgo de ser expulsados.
El artículo
El texto del artículo del ex presidente Sanguinetti es el siguiente:

Una isla, dos historias

 Dice Juan Bosch que por su posición geográfica, el mar Caribe fue desde siempre la frontera de los imperios y que ninguno faltó a la cita a lo largo de 500 años. Solo así puede entenderse lo que ocurre en La Española, aquella isla a la que llegó Colón en su primer viaje y cuyo territorio hoy ocupan dos repúblicas independientes. La Dominicana, con 48.000 kilómetros cuadrados de territorio, y Haití, con 27.000. Ambos con población parecida, alrededor de 10 millones cada una. Su historia, sin embargo, ha sido tan distinta que unos hablan francés y otros, castellano; de un lado predomina la raza negra y, del otro, el mestizaje; hasta en la práctica religiosa media la profunda diferencia de que sobre la matriz católica de ambos en Haití se superpone el vudú, un culto mágico y animista de origen africano. Es más, Haití fue el primer Estado independiente de América Latina y dominó toda la isla, pues su inicial revolución, inspirada en la francesa, conquistó el sector español de ella.
Ambos han vivido una historia llena de terribles tragedias y fascinantes leyendas, pero mientras la República Dominicana alcanza un PIB per capita de 10.000 dólares, el Haití moderno apenas llega a 1.300. Es natural, entonces, que la tentación de la población haitiana pobre desborde la frontera y le cree, a Dominicana, un desafío de integración complejo y acuciante, que por estos días está al rojo vivo.
El tema es que el 8% de la población dominicana es extranjera, o sea, unas 800.000 personas, en números redondos, la mayoría en una situación de precariedad jurídica. En tal virtud se dictó la ley 169/14, que regularizó a 55.000 personas, hijos de padres extranjeros pero con algún documento dominicano de residencia, y a y 9.000 que no contaban con ninguna documentación. Luego de un intenso diálogo, un nuevo esfuerzo dominicano fue el Plan Nacional de Regularización, que el 17 de junio acaba de culminar su plazo de inscripción de 18 meses, durante el cual no se aplicó ninguna medida de deportación a inmigrantes irregulares. Allí quedaron regularizadas nada menos que 288.000 personas.
Pese a estos avances, se ha desatado una campaña que denuncia la existencia de 200.000 personas en situación de apátridas, en riesgo de ser expulsados. Una somera información desmiente esa realidad porque 105.000 de ellas tienen un padre o una madre dominicano, con lo que pueden alcanzar la ciudadanía dominicana. El resto son hijos de ambos padres extranjeros, pero no por ello son apátridas, ya que se supone que poseen la nacionalidad de origen. Y allí está la semilla del mal, pues —como lo ha dicho el hasta hace poco el embajador haitiano en Santo Domingo, Daniel Supplice, hoy cesado— su país, “desde hace 211 años, no ha sido capaz de entregarle a nuestros ciudadanos un acta de nacimiento que pruebe que ellos existen”.
Más allá de los números, hay una realidad humana muy dramática que nadie puede desconocer. A todos nos mueve la solidaridad con Haití, pero está claro que la República Dominicana, que no tiene el PIB de Suecia, no puede resolver esa situación en solitario. No obstante, no solo ha regularizado a la mayoría de los inmigrantes sino que hay más de 30.000 estudiantes haitianos en las escuelas dominicanas y más de 20.000 en el ámbito universitario, incluyendo la pionera Universidad Autónoma de Santo Domingo, fundada en 1538, que se disputa con la de Lima el decanato de las universidades latinoamericanas.
La triste realidad es que Haití ha vivido de desastre en desastre y no ha sido solamente el terremoto lo que lo ha devastado. Siguen siéndolo la incuria administrativa, la inestabilidad política y la corrupción. La República Dominicana también ha sufrido una fuerte emigración, producto de sus propias carencias, y soportó dictaduras tan sangrientas como la que Vargas Llosa describe en La fiesta delChivo. La diferencia está en que ha sabido superarse. Los tres Gobiernos de Leonel Fernández, hoy continuados por el de Danilo Medina, han sido ejemplares en la madurez democrática, su inclinación al diálogo constructivo y su visión progresista.
En vez de apostrofar, entonces, bien valdría que todo el esfuerzo internacional se aplicara a lograr que Haití cuidara mejor a su gente y pudiera continuarse el diálogo que permitió tantos avances. Lo que no puede admitirse es que Haití, escudado en su pobreza, se arrogue el derecho de lanzar a miles de sus ciudadanos por encima de sus fronteras y luego exigirle a su vecino que se haga cargo.

jueves, 16 de julio de 2015

 
El AUTOR es abogado, terapeuta familiar y de pareja. Reside en Santo Domingo.

No quiero fronteras

Que desaparezcan las fronteras, sería la mayor satisfacción que como ser humano, en mi dimensión social  yo recibiría. Cuanto añoro y deseo que ese acontecimiento suceda a nivel global, que los Estados Unidos , “nuestros hermanos buenos del norte”, abra su frontera terrestre y marítima, para que los mexicanos puedan entrar y salir, pero no solo ellos, sino los que viven en el continente desde la tierra del Fuego, que abra su frontera marítima para que dominicanos, haitianos, cubanos,  podamos ir a Puerto Rico  o a Florida, como quien da un paseo a la isla de la que proviene  y  tenga la seguridad de que puede anclar su embarcación sin temor a que La Armada los intercepte  y los devuelva.
Yo no quiero frontera en Inglaterra o en  el espacio marítimo que cuidan,  deseo fervorosamente que las restricciones que ponen para el ingreso de extranjero  a su isla desaparezca, no quiero frontera entre el norte de áfrica y España no quiero fronteras en el mundo y aspiro a que la especie humana se convierta en una sola Nación, la Gran Nación  Terrícola. Donde haya verdadera libertad de tránsito, donde no haya permiso o visas  porque no se necesiten.  ¡Pero para todo el mundo!
Quiero un mundo  en donde los menos agraciados, puedan aprovechar los millones de toneladas de alimento que desperdicia “’el primer mundo” y no quiero más discriminación o categorización de clases, para que  todos los seres humanaos partiendo de la utopía de  la dignidad humana, empiecen a tratarse como seres  iguales, desapareciendo en verdad las diferencias y los privilegios. Así Rusia pueda ser mi casa, y República Dominicana la casa de un ruso.
Yo le aseguro al mundo que la inmensa mayoría de los dominicanos estará dispuesto a que se le abra frontera también,  no solo a nuestros hermanos haitianos, sino al resto de la humanidad.
Hoy en el estado actual de cosas, es muy fácil pedir a este país que abra unilateralmente y solo, que nos confinen a una miseria común, a un desorden generalizado;  sin que nadie asuma responsabilidad y desde fuera “prescribir recetas, sin suministrar medicamentos”, brindar suculentos platos en revistas y televisión, ¡Ah caray, así si es bueno!
Ser bondadoso dando la cosa ajena es fácil, lo duro es serlo dando lo que me pertenece y sobre todo si lo que tengo es poco.  Por ejemplo,  me gustaría saber  cuántos hermanos haitianos estaría en condición de  recibir los solidarios Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Montserrat, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago (las Islas Vírgenes británicas y las Islas Turcas y Caicos , en fin todos los que conforman La Comunidad del Caribe (CARICOM) o los hermanos países  componentes de la Organización de Estados Americanos, que levantan la mano para enviar sus observadores.
¿Cuántos llevarán la moción a su país de que  es hora que sean verdaderamente solidarios?,  Sólo aspiro a que reciban una proporción, o sea,  en la Republica Dominicana tenemos hoy casi un millón, que es más o menos el  10% de la población dominicana, nos quedaríamos con gusto con 250,000 de forma legalizada  ordenada, identificada.  Ahora me gustaría sumar la población de ellos en conjunto y como un gesto de respaldar con acciones sus prédicas, asuman una proporción igual,  e igualmente pido para los demás países amigos solidarios de Haití.
Si le quitamos a ese trabajador, pero desorganizado país,  un peso de encima, y los ayudamos a ser eficientes en la acción y  a la organización interna, como lo son en el lobbismo internacional, si nos enfocamos a escala global o regional a reforestarlo y convertirlo en  amigo del planeta y su naturaleza, si los ayudamos a ser persona, ser humano libres, inteligentes,  responsables, que tengan un rol que cumplir y lo cumplan para su beneficio y  beneficio de toda la colectividad mundial.
Le aseguro que Haití no será un problema para nadie y resurgirá de sus cenizas tal ave fénix, pero mientras, no nos carguen ese peso sólo a este país,  esa es demasiado carga,  No olviden que nuestra embarcación está a flote, pero es frágil y sólo la gracia de Dios nos ha mantenido sobre las aguas, pero “lo que en mucho hasta Dios lo ve”  y si nos ponen esa carga, no salvaran a Haití, ¡nos hundirán juntos!