miércoles, 10 de octubre de 2007

LA EXCUSA CONSENTIDA

Por: Julio Martínez

La comunidad de dominicanos en el exterior es multifacética, multicolores y muy dividida y por esos motivos nos hacemos cómplices del mal trato y de la poca consideración de los actuantes políticos, locales y de los de nuestro terruño, porque lo que importa es lo que yo como individuo puedo conseguir aunque lo que apoyo hoy o dejo de defender se convierta en un bumerán mañana y me perjudique mas de lo que ayer me beneficio. Yo incito que los intereses de una persona que defienda un color de los que están representados en la RD, no son los mismos intereses de una persona que defienda eso mismo colores en exterior; por lo que se hace necesario que nosotros aprendamos hacer esa diferencia, para un mejor entendimiento y mayor logro de los deseado que sea consecuente con el esfuerzo humano y económico al cual nos sometemos.

En exterior no hay tantas oportunidades de empleos gubernamentales en las pocas representaciones oficiales que poseemos, por lo que terminamos llenando de botellas los consulados, regalando cargos honoríficos que solo engrandecen el ego de quienes los reciben. Esto no le oferta ninguna solución a los que apoyan a esos “Lideres” que solicitan el apoyo de ciudadanos menos comprometidos con sus causas o candidatos; a estos se les prometen villas y castillas y luego los usamos para conseguir con sus esfuerzos un empleo. En su mayoría nadie busca un cargo en la RD a menos que sea una secretaria o dirección general, porque meno que eso no le permitiría a nadie sostener a sus familias. Muchos de los que apoyan a un determinado candidato o partido político están legales pero otros no los están y esto se convierte en un problema, terminando así con consulados llenos de empleados, pero al mismo tiempo sin representación por que en sus mayorías son personas indocumentadas o con otros tipos de inconvenientes que hace imposible sus reconocimientos por el Departamento de Estado e ingenuamente decimos que los consulados no hacen nada por sus conciudadanos. Y como podrían hacer algo si no tienen la fuerza legal que obligue a las autoridades norteamericana a facilitarles los servicios que un final favorecerían a los dominicanos afectados o en problema? Estos se limitan a solo cobrar un salario por el tiempo que le dure, para algunos los cuatros anos, para otros menos y luego de estar encumbrado antes los ojos de nosotros los dominicanos por su acostumbrada entrega de una tarjeta de negocio con el escudo nacional y la compra de trajes sin recursos para ellos, manteniendo un protocolo el cual no pueden mantener financieramente. Mi opinión es que nosotros somos más que esas migajas a las que nos tienen acostumbrados y que ha llegado el momento que nosotros reclamemos nuestros derechos con altura e hidalguía. Un caso muy hipotético es el caso de la JCE con la propuesta del Lic. Félix Suriel, el individualismo y la mezquindad de algunos no han observado con claridad la importancia de este pedido; esto va más allá del Lic. Félix Suriel, pues Félix es un ente a quien se le ha negado servir al país, pero el caso importante aquí es que no es al Lic. Félix Suriel que se le quiere decir que no o se le dijo que no, sino a exterior porque esta candidatura sin ese elemento no tiene ningún valor mas que un dominicano aspirando a un cargo, ahora siendo el candidato del exterior; no es al Lic. Félix Suriel que se le ha dicho que no, sino al exilio económico y sacrificado que solo somos buenos para ser saqueado, usado y abusado por esos falsos profetas de situación esporádicas, y que en tal situación solo se recuerdan de la importancia que tenemos cuando necesitan los recursos para patrocinar sus campanas políticas y deseo personales. Ningunos tiene el deseo de preparar el país para nuestros regresos, porque para ellos es mejor tener menos gentes haciéndoles presión social en el país y mejor aun tener mayor concentración de dominicanos en el exterior para así recibir mayores aportaciones de recurso vendiéndoles esa esperanza de la cual no tienen ni la mínima intención de cumplir. Nosotros somos el producto interno bruto del país, y no hacemos valer esa importancia en cambio positivo, para sin depender de nadie allanarnos el camino de regreso a la patria que nos vio nacer. Nosotros debemos negociar como urbe no como partido. Un mejor servicio eléctrico, una mejor organización en el país para que el desorden no nos aficié y el transito no nos agobie, menos criminalidad para que podamos disfrutar de las cosas que hemos logrado con sacrificio sin que ni lo militares y mucho meno los tigueres no las quieran quitar, mas oportunidad de inversión con justicia, y que se nos trate con las mismas consideraciones que se tratan a los inversionistas extranjero. A un nativo le es mas difícil ser empresario en su propio país que a un extranjero, aniquilándole así los esforzados recursos que con sagrado sacrificio hemos obtenido en estos predios, y en vez de hacer un regreso permanente, esto se convierte en una estadía temporal que por demás se trasluce en una perdida de los recursos por lo cuales hemos trabajado toda una vida. La dicilucion es tal que hacemos de nuestra estadía en Estado Unidos un acto permanente de tal forma que hasta morimos aquí lejos del suelo que nos vio nacer. Señores recapacitemos y retomemos nuestros intereses como comunidad y reclamemos nuestros derechos con justicia y determinación de una vez y por toda; tracemos nuestro propio destino luchemos juntos por un país mejor. Somos un país rico con un pueblo pobre. Necesitamos cedulación, actas de nacimiento y en un final votar con igualdad en las dos elecciones o en una si así se unificase para así forzar los cambios que necesitamos con nuestros votos. EL FUTURO NOS PERTENECE DEFENDAMOLOS.

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