miércoles, 3 de junio de 2009

El único país del Mundo que puede ofrecer o exportar algo que no produce es la Republica Dominicana

A propósito de la visita que girara el Vice-presidente Rafael Alburquerque, a el Salvador con motivo de la toma de posición del el nuevo presidente de ese país; el señor Alburquerque les ofreció con el pecho erguido la enorme colaboración de accesoria en planes de bienestar social al recién juramentado presidente. La obligada pregunta seria; señor Alburquerque como puede usted ofrecer algo que no posee? Permítame refrescarles un poquito la memoria. Por si no se ha dado cuenta tenemos un país sumido en una espantosa miseria, padres de familias sin la mas remota oportunidad de ponerle el pan en la mesas a sus hijos, una población analfabetas, y sin la posibilidad a corto plazo de ver un cambio en su futuro; barrios sin las mas mínimas condiciones sanitarias, pluviales y una estructura sin ninguna planificación que atentan contra la seguridad física de su población por la pobre condiciones de sus ubicaciones, una población desocupadas y sin sustentos, consecuencia de una delincuencia desenfrenada aupada por los custodia de la seguridad publica y motivada por la indiferencia de su gobierno. Una población a mansalva de las drogas, con una juventud sin futuro producto de una pobre planificación y sin ninguna visión de cómo ayudarla a encausar su porvenir. Un pueblo sin electricidad motor del desarrollo de cualquier país. Yo creo señor vicepresidente que usted tiene que ver su reflejo en un espejo y preguntarse si usted puede andar ofreciendo cosas que usted y su gobierno no ha sido capaz de proveer a quienes pusieron en ustedes su confianza. Si usted hubiese ofrecido como asesorar sobre el Cao, sobre la corrupción, la tolerancia a la desvergüenza que ofrecen los miembros de la fuerza publica y que su gobierno defiende y justifica, a la componenda política y al desconocimiento de los derechos de los ciudadanos, creo que no estaría yo escribiendo estos párrafo que mucho enfado compongo y que la furia y la rabia combinada con la impotencia me hacen perder el hilo debido a la indignación que su ofrecimiento me provoca. Que la historia juzgue sus actos. . . Por: Julio Martinez

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