martes, 5 de julio de 2011

Medicina Electoral

Tirso Urbáez Pèrez

El pueblo dominicano vive en la actualidad otra fiebre electoral donde todos los candidatos dicen que van a truiunfar.

Cada uno de ellos asegura ser el mejor y dicen tener la medicina ideal para sanar a la sociedad dominicana de todo mal.

Prometen lo que pueden y hasta lo que no pueden, pero nada de lo que ofrecen tiene garantía.

La gente esta viendo y oyendo a los candidatos hablar, pero no confia, sin embargo tendrá que cumplir con su deber cívico y con su conciencia.

El elector al depositar el voto en la urna electoral se convierte en el juez que decide quien es el ganador o la ganadora de la presidencia de la nación dominicana.

En tan importante momento histórico sabe muy bien que sólo puede ser un buen ciudadano sino se deja engañar por el astuto candidato.

La más sabia y digna elección es cuando se vota guiado por la razón y no por el dinero o por lo que sienta el corazón.

Ojalá que la sociedad dominicana elija a un presidente que sea honrado, integro, transparente e inteligente por el bien de nuestra gente.

Dios nos libre de un político pavo real o de cualquier otro animal y que el divino creador del mundo nos ilumine para que seleccionemos un verdadero líder que dirija al país hacia la prosperidad en un clima de seguridad y libertad.

Dominicana ganaría si la voluntad popular le da la silla presidencial a un nuevo gobernante que no se deje manipular por las mafias políticas de los partidos culpables de la asqueante corrupción en la empobrecida Quisqueya.

El surgimiento de un cambio en el modelo político de las estructuras del estado garantizaría que el presidente trabajaría unido a las personas más honorables y capacitadas del país por la paz y el bienestar socioeconómico del pueblo que lo seleccionó como su primer mandatario.

Todos sabemos que cuando no hay siembra no puedo haber cosecha y lógicamente las consecuencias las pagaria la ciudadanía.

En el terreno político el mal podría ser mucho más grave porque costaría lágrimas de sangre sino se ejerce con responsabilidad el sagrado derecho de elegir y ser elegido para que nunca muera la democracia en la patria de Duarte, Sánchez y Mella.

La medicina electoral ideal sería una revolución ciudadana por la creación de una nueva Repùblica Dominicana.

Soñar es vivir, darse por vencido es morir.

Maravillosa es la belleza de la vida y ardiente es la pasión que se siente por la tierra que se ama.

Hijos de la bella y brava Quisqueya, reciban besos y abrazos con mucho amor y gran fe en los buenos hermanos dominicanos.

Los pueblos escriben su historia con sabiduría y valentía.



¡No a la mediocridad!
¡Viva la solidaridad!

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