viernes, 3 de agosto de 2012

Blog detalle

La semana pasada escribí sobre el ejemplo de moral de un ciudadano de Bonao al no aceptar dinero fuera de los tribunales de parte del sacerdote acusado por su nieta menor de quince años de acosarla y violarla.  Hoy quiero destacar al diputado dominicano por Puerto Plata, José Ignacio Paliza, auténtico representante de las aspiraciones de la juventud y el electorado dominicano.
A decir verdad, el congreso es el lugar donde menos esperaba encontrar un comportamiento ejemplar. En sociedades transparentes el diputado Paliza pasaría desapercibido.   Aparentemente, por su juventud, y por su respuesta a Julito Hazim en un programa televisivo, no ha podido aún cumplir su agenda electoral debido al cúmulo de propuestas pendientes.  Pero lo que sí ha hecho es llamar la atención de sus colegas diputados, hombres y mujeres, y decirles lo que el pueblo piensa y les diría; decirles cuál es la función de legislador; y cómo él particularmente se siente ante la forma irresponsable cómo sus colegas toman decisiones para aprobar proyectos sin leerlos.
José Ignacio PalizaEl pueblo quiere calidad de educación, y esto lo ha demostrado por cerca de dos años en las calles de nuestras ciudades y en las comunidades rurales más remotas.   No fue tanto la apropiación de las tierras estatales lo que llevó al campesinado a cambiar el machete por un motor urbano, fue el deseo de que sus hijos estudiaran.  Sus terrenos no podían dividirse más, y sin educación sus hijos no tenían futuro.  Y esto es lo que el diputado Paliza le dijo a sus colegas el día 18 de octubre del 2011:
La educación colegas diputados, no es un privilegio, la educación colegas diputados, no es tan siquiera un derecho, la educación colegas diputados es hoy un deber, o educarse o perecer. …...Este color amarillo, Sr. Presidente, -señala un pañuelo amarillo amarrado a su micrófono-, no representa un partido político, ni representa un interés  particular, este color amarillo hoy, representa el color de la esperanza de un grupo de hombres y mujeres de una nueva generación que clama por mejores oportunidades.  Nunca antes la juventud dominicana había salido a las esquinas de la República, a sus campos y a sus calles, a pedir por mejores oportunidades.
Podemos olvidar las estadísticas, podemos olvidar el ultimo informe del foro económico mundial que nos daba entre los peores lugares del mundo en materia de calidad de la educación; podemos olvidar que en República Dominicana el promedio de horas de docencia de un estudiante es de un poco más de dos horas al día cuando en la mayor parte de los países del mundo es dos y tres veces superiores.  Podemos olvidar colegas diputados que la inversión en educación anualmente en un joven dominicano es de unos 600 dólares, cuando el promedio en la América Latina es de más de mil cien.
Si quieren olvidar los números y las perspectivas de la juventud dominicana, olvidémosla. Pero no podemos bajo ninguna circunstancia olvidar la realidad que cada uno de nosotros conoce de la juventud, de los hombres y mujeres que vienen creciendo en nuestras respectivas circuncrisiones electorales.
Olvidar que en la República Dominicana se toma clase en un cascarón de una guagua de la OMSA, a la orilla de un camino vecinal, visitada por la lluvia y el polvo, es negarse a nosotros mismos.  Reconocer que en la República Dominicana hay alumnos que no toman educación en un pupitre sino en un pedazo de piedra bajo de un árbol, es negarse a nosotros mismos. No reconocer que en la República Dominicana, quizás cerca de la mitad de nuestros jóvenes no tiene la capacidad de acudir a un centro de enseñanza, colegas diputados y diputadas, es negarnos a nosotros mismos.
Ustedes hoy, que el pueblo dominicano les ha dado el gran poder de poder decidir su futuro, ustedes, que claman, colegas diputados, por hacer lo que nunca se ha hecho, por corregir lo que está mal, por qué esperar un año si tienen la gran oportunidad de darle a la juventud dominicana el brillante chance de poder extender sus vidas y poder extender sus alas. No marginemos bajo ninguna circunstancia a la juventud dominicana que clama por mejores oportunidades.
El presupuesto nacional es la herramienta fundamental y real, la pieza ejecutora de nuestras prioridades nacionales. Decir que nosotros negamos la oportunidad a un joven, le negamos la oportunidad a un país de invertir mayores niveles de recursos en educación, es mandarle una señal muy clara al futuro de que nosotros andamos de una forma u otra, divorciados de los propios movimientos telúricos del mundo, los propios movimientos globales.  Colegas diputados y diputadas, no le neguemos la brillante oportunidad que tienen los jóvenes dominicanos de poder despertar mañana, con un mejor futuro, y un futuro de mayor prosperidad.  Muchísimas gracias.[1]
La voz del diputado más joven no caló en un grupo dominado por intereses de prosperidad personal que el nuevo corporativismo político del PLD les ofrece. Tampoco calaron las palabras del partido oficialista que el diputado Paliza les recordara, para motivarlos a que incluyeran el 4% del PBI en Educación en el presupuesto del 2012.
Nueve meses más tarde, el diputado Paliza habló frente a un grupo definido por las elecciones electorales de mayo.  Su discurso está tan fuera de la curva normal de las discusiones acostumbradas en las cámaras, que decenas de miles de personas han visto los videos subido a YouTube con sus palabras.
Con una intervención breve y focalizada,  el diputado hizo un llamado apasionado  a sus compañeros, que de cumplirse, cambiaría la faz de la inversión extranjera en República Dominicana y disminuiría las comisiones y bonificaciones que reciben muchos congresistas por aprobar proyectos sin leerlos ni llevarlos a comisión.  Y esto dijo José Ignacio Paliza a sus colegas diputados día 16 de julio del 2012:
Yo les confieso sentir vergüenza hoy de ser diputado.  ¡Y siento vergüenza al sentarme con un grupo de hombres y mujeres que aprueban proyectos sin leerlos! ¡Cómo es posible por encima de la necesidad de cualquier pueblo que se aprueben contratos de 200 millones de dólares sin leerlos! ¡Sin ir a comisión! ¡Pero como ahora también aprobar otro por 9 millones, o conocerlo, sin haberlo ni tan siquiera leído!   ¡Eso es un insulto a la propia función de ser legislador, y es una vergüenza hoy serlo!
Paliza fue interrumpido por el presidente de la cámara baja quien no logró intimidarlo al recordarle el préstamo de que debían tratar.  Con igual énfasis, el diputado se refirió al hecho de que se pretendía de nuevo que aprobaran un proyecto sin lectura previa, señalando además, como la actuación de la cámara “ponía en juego las rentas públicas, los dineros del pueblo, y la propia necesidad de un pueblo que se cae a pedazos”. …
“Debemos reflexionar sobre nuestros propios roles y pensar la labor especifica que se nos ha dado, hoy nosotros no estamos representando debidamente ni a Santiago ni a ninguna otra provincia.  Quería dejar constancia, como el más joven legislador, de la vergüenza que siento de ser diputado”.[2]
Este es el tipo de diputado que queremos replicar en todo el territorio nacional.  Una lectura de su perfil nos indica que pocos políticos se han preparado como José Ignacio Paliza para servirle al país.[3] Ojalá los/as lectores se animen a llamarlo y felicitarlo por sus posiciones.  Ojalá le hagamos sentir que lo apoyamos.
El mismo gobierno proporciona una dirección electrónica para que la ciudanía se comunique con sus representantes.  En países desarrollados, los representantes prestan mucha atención a los electores porque estos se comunican. La tecnología moderna nos abre puertas para fortalecer y apoyar a los buenos y demandar un cambio de los malos. Debemos romper el silencio, no importa nuestra edad, sexo, o estatus socioeconómico.
[3] Según datos publicados en su portal José Ignacio Paliza nació el primero de septiembre de 1981, por lo que tenía la edad necesaria de 30 años para ser presidente del país.  Su perfil indica que nació en Santo Domingo, es soltero, milita en el PRD y se graduó de Doctor en Derecho, Magna Cum Laude, 1999-2003 de la Universidad Iberoamericana (UNIBE).  Además tiene varias maestrías: una en Estudios Internacionales y Gobierno de la Georgetown University, Washington, DC, otra en Negocios y Políticas Públicas de la Wharton Business School & Upenn Law School, de Philadelphia, y un Postgrado en Gerencia de las Finanzas Públicas de la John F. Kennedy School of Government, Harvard University, 2007.

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